Nuevo viaje a Alicante, esta vez invitado
a la presentación del último libro de José María Zavala, interesante autor,
interesado en la parte humana de los personajes sobre los que escribe, le
importa la persona, su trascendencia y su ejemplo de vida. Todo ello con rigor
e independencia. Recomendable.
Y me volvió a recibir esta ciudad con la
amabilidad que la caracteriza, con su envidiable luz y la sonrisa en el rostro
de sus gentes.
Como he divo en alguna ocasión, Alicante
se esfuerza por se accesible, pasos de cebra rebajados y lugares públicos con
facilidades. Estuve en el hotel Maya, bien equipado y con notable
accesibilidad. Restaurante La lonja, preparado con rampa mecánica para bajar a
un coqueto comedor privado en su planta inferior. Buena comida y mejor
servicio. Nuevamente sonrisas a discreción.
Me deje cosas por hacer en Alicante,
varias: ese granizado de chocolate en La Explanada, ese visita a aquel pub de moda, otras cosas pendientes…
Buena noticia, Dejar cosas por hacer es compromiso y garantía de volver.
Palabra.
Esta vez no fui en tren, lo hice en
coche, tuve la oportunidad de parar en Juanito y comprar los afamados
Miguelitos. Juanito con rampas y lavabos adaptados. Un lujo.
Ha sido un gran fin de semana, compartido
con excelentes personas y con la mirada puesta en el futuro. Os animo a seguir
con vuestras recuperaciones ya no parar, ya sabéis, “Donde hay una necesidad hay un derecho”. Los derechos se
defienden.