El próximo 25 de
octubre es el día mundial del DCA, Daño Cerebral Adquirido, y con este motivo
mis compañeros de rehabilitación y yo estamos preparando algunas actividades
con el fin de contribuir a la divulgación de las circunstancias que rodean a
esta epidemia silenciosa: causas, efectos, prevención y tratamiento.
A tal fin hemos
realizado, sesiones fotográficas, alguna entrevista y aportado muchos de nuestro
sentimiento en todas ellas. El resultado será conmovedor y espero útil. De
momento el participar en esas actividades ya ha removido nuestro interior y han
aflorado preocupaciones, sueños y agradecimientos. Porque el recorrido hasta el
punto en que nos encontramos ha sido largo y largo será lo que nos queda por
delante. Ya he dicho en alguna ocasión que el mero hecho de recorrer el camino
es ya una gran recompensa.
Me preguntaron estos días
cómo me veo yo a mí mismo dentro de unos años. Mi respuesta es simple: Escribiendo,
feliz y agradecido: A los que me apoyan cada día; a los que contribuyen a la
publicación de mis libros.
Todos ellos
verán su nombre reflejado en las páginas del libro y, por supuesto, tendrán su
ejemplar.
Gracias también a los
que me leen y siguen y a los que aguantan mis impaciencias y torpezas. Gracias
a los que me cuidan. Gracias a los profesionales y terapeutas. Gracias a todos.