Finaliza el verano y vuelta a la rutina. No
está permitido acomodarse en lo conseguido, hay que avanzar. Del enfermo
depende su recuperación y sería una falta de respeto hacia todas las personas
que han invertido tiempo en mí que ahora aflojara. Es cierto que los avances
son menos espectaculares, que el diente de sierra de la rehabilitación se ha
convertido en una monótona línea plana que amenaza la desesperación y los objetivos
se ven muy lejanos, casi imposibles.
Ahora soy más consciente de mis limitaciones y el temor a no poder superar
algún imponderable que pudiera llegar es un factor desesperante y perturbador.
Pero no es menos cierto que tengo deudas que pagar: con quien me tendió su
mano, con quien me consoló, con quien me ayudó, conmigo mismo. Y también con
aquel al que yo pudiera ayudar con mi experiencia. ¡No! El ictus no va a hurgar
en la herida sin mi consentimiento. Prometo seguir dando pasos, uno detrás de
otro.Es momento de apretar los dientes otra vez. Aquí va el plan:
1.-Seguiré con mi rehabilitación hasta mejorar
el patrón de marcha para llegar aser algo más autónomoy menos carga que en la actualidad.
En consecuencia, Haré todo lo que mi fisioterapeuta, Edu, exija de mí.
2.- publicaré mi segundo libro ya acabado.
Para ello he iniciado ya un modesto crowdfunding,
todos los colaboradores obtendrán su libro y verán
su nombre impreso en la página de
agradecimientos
3.- terminaré mi primera novela:”Policracia”
4.- colaboraré en todos aquellos proyectos que
pudieran servir para divulgar qué es el ictus, su prevención y cómo afrontar
sus secuelas
5.- Permaneceré eternamente agradecido y
espero digno y a la altura de vuestra generosidad
6.- Me mantendré fiel a mis principios e
intentaré ser consecuente con ellos.
Queda todo públicamente comprometido.
Gracias de corazón