Hace unos día he realizado un viaje a
Alicante para pasar un fin de semana largo.
Gran experiencia. Volver a viajar es
agradable, Pasé media vida subido en aviones y haciendo kilómetros por
múltiples razones. Reconozco que algo lo hecho de menos.
Es agradable comprobar que Renfe lo pone
fácil con el servicio”Atendo”, eficaces siempre y bien organizados.
Más agradable es aún llegar a Alicante,
mi destino, y disfrutar de una ciudad con un alto nivel de accesibilidad: pasos
de cebra rebajados, rampas de acceso al paseo marítimo y las terrazas,
disponibilidad de Euro taxis y como de costumbre gran amabilidad de sus
conductores. No utilice un euro taxi porque prefiero sentarme en el asiento del
copiloto, así hago el esfuerzo y pienso que voy conduciendo, otra de las cosas
que echo de menos.
Más aún , en Alicante hay una buena accesibilidad
en la playa, a la zona de arena y hamacas e, incluso, en la playa del Postiguet
existe un área de acceso al agua adaptada.
Pude disfrutar de un excelente arroz en
el Restaurante Dársena, situado en el Puerto en el muelle de Levante. Tiene
buenos accesos , vistas inmejorables y un personal atento y siempre dispuesto a
a ayudar. La comida insuperable.
En definitiva, una ciudad amable que suma
a sus ya conocidas características, clima , gastronomía, mar, una sensibilidad
especial por facilitar la vida a las personas. Ojalá muchos políticos pensaran
así: importan las personas sea cual sea su condición. Gracias Alicante,