martes, 11 de agosto de 2015

alicante accesible


Hace unos día he realizado un viaje a Alicante para pasar un fin de semana largo.
Gran experiencia. Volver a viajar es agradable, Pasé media vida subido en aviones y haciendo kilómetros por múltiples razones. Reconozco que algo lo hecho de menos.
Es agradable comprobar que Renfe lo pone fácil con el servicio”Atendo”, eficaces siempre y bien organizados.
Más agradable es aún llegar a Alicante, mi destino, y disfrutar de una ciudad con un alto nivel de accesibilidad: pasos de cebra rebajados, rampas de acceso al paseo marítimo y las terrazas, disponibilidad de Euro taxis y como de costumbre gran amabilidad de sus conductores. No utilice un euro taxi porque prefiero sentarme en el asiento del copiloto, así hago el esfuerzo y pienso que voy conduciendo, otra de las cosas que echo de menos.
Más aún , en Alicante hay una buena accesibilidad en la playa, a la zona de arena y hamacas e, incluso, en la playa del Postiguet existe un área de acceso al agua adaptada.
Pude disfrutar de un excelente arroz en el Restaurante Dársena, situado en el Puerto en el muelle de Levante. Tiene buenos accesos , vistas inmejorables y un personal atento y siempre dispuesto a a ayudar. La comida insuperable.
En definitiva, una ciudad amable que suma a sus ya conocidas características, clima , gastronomía, mar, una sensibilidad especial por facilitar la vida a las personas. Ojalá muchos políticos pensaran así: importan las personas sea cual sea su condición. Gracias Alicante,

jueves, 6 de agosto de 2015

la Dependencia, una reflexión


Hace unos días se incorporó un paciente nuevo a nuestro grupo de trabajo en el centro Lescer. Como siempre, hubo ronda de presentaciones, ameno ejercicio que sirve para romper el hielo y conocernos un poco más. Me sorprendió la introducción de mi  entrañable compañero y amigo Álvaro:
”hola,
Tuve un accidente de tráfico y soy el prototipo de dependiente”.
Me hizo pensar, ¿Qué supone la dependencia?
En primer lugar, sumergirte en las cálidas aguas de la generosidad y amabilidad ajena. Es lo habitual, el mundo está lleno de gente maravillosa. Lo compruebo cada día . así son los taxistas que me acomodan el asiento delantero para trasladarme con más comodidad y me dejan siempre lo más cerca posible de mi destino. A sí son los trabajadores del servicio “Atendo” de RENFE  y del “sin barreras” de AENA que ayudan sonrientes y siempre dispuestos en mis desplazamientos por aeropuertos y estaciones de tren. Así son mucha de la gente que me rodea sin los cuales sería muy complicado mi diario desenvolvimiento.
Recientemente he viajado con mis hijos y he experimentado lo que es la dependencia. Nos alojamos en un hotel donde desayuno y comida era buffet. Mi alimentación dependía de ellos y sus continuas idas y venidas para traerme mis platos preferidos . entonces, eres consciente de tu grado de dependencia, para todo, para lo básico y lo complejo, y agradeces que te ayuden con una sonrisa y mejor ánimo.
Intentas no ser muy pesado y algo más paciente pero no siempre lo consigues, es frustrante. Estabas acostumbrado a controlar las situaciones y a dominar la escena. Ahora no es posible. Hay que respirar y confiar en el otro. Quieres ir a un sitio, tienen que llevarte; ahora a otro, te llevan también.No está mal, descubres grandes personas y un mundo mejor del que esperabas. Claro que siempre encontrarás personas con una falta total de empatía pero no pasa nada, sólo siente lástima por ellos.
¿y ahora qué?. Nuestra misión como dependientes es superarnos día a día, estamos en deuda con nuestros benefactores y ellos esperan lo mejor de nosotros , no podemos defraudarlos, reto a reto, paso a paso seamos un ejemplo para todo aquel que sufra, superémonos y seamos más justos y humanos.Vamos a por todo¡¡.