sábado, 3 de noviembre de 2018

HISTORIAS DEL DIA DE MUERTOS: el dilema

el dilema
el dilema


Estoy en la sala de urgencias de un hospital y en coma. Es sencillo. Sólo tienes que dejarte llevar.
La consciencia, prácticamente anulada, no permite sensaciones de miedo o pánico.
Lo peor viene después: te turba el “no recuerdo”, aparece la viscosa sensación del tiempo perdido, el pasado confuso. Un año antes, así me lo indica la memoria selectiva y caprichosa de Facebook, yo había viajadoa México para conocer y paladear las celebraciones del día de los muertos.
Allí, diabólica ironía, disfruté del “culto a la muerte” y de todos los ritos y creencias que representan el paso de esta vida a la otra.
Hace unos días  un ictus me asaltó traicionero, me golpeó con crueldad y caí en coma. Entonces inicié el ultimo tránsito, pero ora porque a Mictecahuatl, “la dama de la muerte” le soy simpático debido a mi presencia en su festividad mexicana ora porque no estaba escrito, superé el trance y ahora estoy aquí, internado, revisitando mi vida en el depósito sin alma de las redes sociales.
Las secuelas que padezco son graves y a menudo me pregunto qué será peor, traspasar el umbral de la otra vida o la permanencia minusválido en ésta.