martes, 14 de marzo de 2017

consulta. neurocirugía


Después de salir del coma y durante el período de rehabilitación hay que acostumbrarse a realizar continuas y múltiples visitas a los médicos.
Son necesarias, suponen un seguimiento y un control del estado general de salud y ayudan a mitigar ese miedo a la repetición del fatal suceso, miedoque se ha instalado en la mente y perturba el alma.
No hay que tener miedo, con la medicación y el control exhaustivo al que estamos sometidos la probabilidad de repetición es escasa. Hay que olvidar el desasosiego y la inseguridad y seguir avanzando.
Ayer yo acudí a consulta con la neurocirujana que me operó a vida o muerte aquel día en que me fulminó el ictus.
Es fantástico encontrarse cara a cara con la persona que te rescató de las garras de la muerte. Aparecen entoces sentimientos mezclados de agradecimiento, admiración y profundo respeto. La Doctora Navas es genial, siempre sonríe, trasmite mucha confianza y suele explicar todo con claridad y detalle.
Me dice que la ´última resonancia que me hicieron está muy bien, se ve , en mi cerebro, el agujero que dejó la intervención, pero no he desarrollado hidrocefalia, hecho que es una muy buena noticia.
A ella le gusta hacer un seguimiento cercano de los pacientes intervenidos, pero en mi caso, pasados más de cuatro años ya desde la craneotomía es momento por su parte de darme el alta y derivarme a neurología para seguimiento.
No niego que, aunque me agrada la noticia, me produce cierto vértigo. Yo, que volví a nacer ,he temido que pasar por un período de segunda tierna infancia donde requería de muchos cuidados, por una segunda pre adolescencia, una adolescencia y, por supuesto, una segunda juventud , y así como al joven le produce inquietud la inmensidad de su futuro así estoy yo. con mucho temor por lo que ha de venir, consciente de mis numerosas limitaciones y con el miedo a a defraudar a  aquellos que me siguen y confían en mi, a aquellos que han llegado a mí ya sea   por casualidad o convicción . Espero estar a la altura de sus expectativas.

El superar una enfermedad no es un mérito, se hace por instinto y necesidad. Vivir cada día es muchas veces más encomiable y digno.
Me queda un largo camino por delante y las secuelas físicas y emocionales persisten y persistirán, son tercas e incapacitantes.  Quiero que se me entienda bien, no estoy fabricando una queja ni anticipando una excusa, pero no quisiera que mi ilusión nublara la visión y la perspectiva de la realidad. Yo he bajado a los infiernos y me desprendí de todo, me hice gemelo de los miserables, los abandonados, los humildes, los olvidados y los que nada tienen,los que nada son. Comprendí lo fútil del poder, la apariencia y la riqueza. No voy a olvidarme ahora de ello.