lunes, 5 de septiembre de 2016

planes



Es bueno hacer planes.   
No sólo  porque es un buen antídoto contra el adocenamiento sino porque también es un buen ejercicio para practicar la fijación de objetivos, estructurar fases a seguir y, una vez  señalado el foco, para anticipar posibles inconvenientes y buscar soluciones. Siempre las hay . Sólo hay que buscar.
Un ejemplo: Ahora Estoy inmerso en la planificación de un viaje a Nueva York para el próximo julio. Tengo ilusión. Quiero acudir a la boda de mi sobrino y pasar unos días allí en enseñando a mis hijos a disfrutar de “la gran manzana”.

Aún recuerdo mi primera visita allí hace ya muchos años y lo que me sorprendió el descubrimiento de rincones, calles, peculiaridades y vida sin tregua.
Me  asaltan dudas claro:
¿cómo  será el viaje? Va a ser Mi primer vuelo trasatlántico desde que sufrí el ictus
¿cómo me desenvolveré allí?
¿será capaz mi cerebro de recuperar la antigua soltura con el inglés?.
 Respecto a lo primero ya he practicado en algún vuelo nacional y sé que puedo usar el baño del avión con relativa soltura.
Respecto a lo segundo intuyo que mi inglés esta ahí, esperando salir y que las neuronas encontrarán su camino. Por lo demás intuyo que las facilidades para personas con movilidad reducida son muchas en los Estados Unidos y que todo será una cuestión de paciencia, actitud y buena disposición por mi parte.
Si se quiere ,se puede y la planificación está consiguiendo que disfrute del viaje desde hoy mismo.
No dejéis de hacer planes y de buscar soluciones y, con el objetivo definido, caminar hacia él con una sonrisa.
En el camino está la recompensa y una vez conseguido estaréis preparados para nuevos retos.