Dependencia
Pasado ya el
tiempo es momento de convivir con las secuelas del ictus, y, en consecuencia,
con la dependencia. No es fácil. Un ejemplo. Recién llegado de pasar unos días
con mis hijos en la playa, ellos lo merecían y yo también, tomas conciencia de
todo lo que no puedes hacer y te apetece, claro que te apetece: Montar en los
Karts con ellos y competir, jugar con las olas, saltarlas y hacerles algunas
perrerías, demasiadas cosas.
Te das cuentas
que dependes de muchas personas y circunstancias: De los taxistas, que lleguen
a tiempo cuando se les llama y de su amabilidad, para guardar silla plegada y
muleta en el maletero. He de decir que la mayoría son un ejemplo de servicio y
comprensión. También dependes de cómo se encuentren situados los cuartos de baño
en vagones de tren, restaurantes y demás lugares públicos. Cada salida es
siempre una incógnita a resolver ygenera cierta inquietuden tí y en los que te rodean. Lo mismo con los restaurantes, bares y
terrazas, ¿cómo serán la sillas y las mesas?¿ Cómo estarán colocadas?
Dependes de
muchos y para infinidad de cosas.
Pero hay que pensar en ellas como obstáculos que hay que ir resolviendo.¡Que se pueden resolver!
He conocido
convalecientes que empiezan cada acción con un” ¡Ay! No se si podre hacer tal o
cual cosa. Personalmente prefiero el: “Voy a” y a partir de ahí visualizar que
se quiere hacer, pensar cómo se desea hacerlo y lanzarse a por ello con calma
pero con decisión y foco.
La Dependencia,
entonces deja de ser una excusa y una causa de lamento para convertirse en un
factor motivante muy poderoso.
Esta actitud,
creo, es válida para otros objetivos en la vida y el trabajo,