sábado, 30 de junio de 2018

limitaciones

Es cierto que después de sufrir un ictus se presentan en tu vida muchas limitaciones, la rehabilitación tiene que ser constante y dura. A veces cansa, a veces duele, pero hay que seguir.
Tampoco hay límites. Se trata de hacer. Acepto que las dificultades pueden agobiar, pero se trata de buscar caminos y soluciones. Nada es imposible.
Hace unos días quise cumplir un sueño: volver a ver lugares de mi más tierna infancia y conseguir una botella de la gaseosa de mis recuerdos: la gaseosa Molina de Béjar.
Nada es imposible:

Reservar una habitación adaptada, buscar restaurantes con el baño en la misma planta, viajar en la mejor compañía y con alguien que te entiende, te complementa y se desvive por ti. Nada es imposible.
Después del ictus he escrito y publicado dos libros, da igual el éxito que tengan. Después del ictus intento aportar mi humilde granito de arena para la articulación de una sociedad más libre, justa, responsable y solidaria.
Después del ictus He vuelto a ver el mar y la montaña. Nada es imposible.
Quizá no pueda caminar con soltura, ni correr, quizá mi brazo izquierdo no responda,
Quizá sea aún más despistado, pero encontré de nuevo a mi amor. Nada es imposible.
Y soy feliz.


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