miércoles, 6 de diciembre de 2017

Avila eterna


 Sigo esforzándome día a día para superar las secuelas del ictus y escribir está siendo una actividad que me relaja, ocupa mi tiempo y me provoca sensaciones que permiten a mi mente volar allí donde yo no puedo.
Hace unos días me han dado una  noticia  que me hace feliz y me da muchas fuerzas para continuar: 
Uno de mis micro relatos ha sido seleccionado junto a otrosmuchos para formar parte de un libro recopilatorio titulado Ávila 2069, 

Allí estarán todos los relatos seleccionados participantes en un concurso de micro relatos donde se trataba, con muy pocas palabras, de construir un relato sobre Ávila en el año 2069.
En la velada literario-musical que ha organizado la Asociación cultural Ávila Abierta para dar a conocer el fallo del jurado (próximo lunes 11 de diciembre, 8 de la tarde, en el Auditorio Municipal de San Francisco, Ávila) se presentará el libro. Y, Por supuesto, se podrán adquirir los ejemplares que se desee.

No obstante, como adelanto os copio aquí el micro relato presentado por mí, espero que os guste:

Ávila eterna, de Guillermo Ruiz Marcos:

La súper ciudad crece sin parar, enormes edificios inteligentes compiten en altura en todos sus distritos. 
Autopistas también en altura conectan las torres entre sí y con el exterior, miles de coches autónomos supervisados por el CTC, “Control del Tráfico Centralizado”, circulan por ellas. En cada edificio hay zonas de ocio, comercios, colegios, servicios de todo tipo y espacios verdes en sus azoteas. Las construcciones Son energéticamente sostenibles porque sus revestimientos aprovechan la luz solar.
Sus ciudadanos son oficialmente felices, pero arrastran el desasosiego en el alma y la melancolía en la mirada. Desasosiego por sentirse atenazados por tanta norma, control y falta de libertad, por la necesidad de producir a toda costa, estar siempre conectados y la falta de espontaneidad. Melancolía por la añoranza del cielo azul, el paseo sosegado y el saludo amable de un vecino, por la necesidad del viento en la cara y el trinar de los pájaros en la mañana. Muchos escapan de allí cada fin de semana.
 Cerca de la gran ciudad se encuentra Ávila, la ciudad amurallada que encierra el misterio del alma tranquila.  Los Coches autónomos atraviesan ya la muralla por la puerta de San Vicente, pero no hay un CTC que todo lo regule, cada ciudadano indica a su coche destino y son luego los dispositivos GPS junto a los sistemas de radar e infrarrojos los que se encargan de guiarlos.
Pero aquí sus vecinos prefieren seguir paseando con tranquilidad por la calle Reyes Católicos o, al atardecer, cruzar el puente sobre el río Adaja, acercarse al Humilladero de los Cuatro Postes y contemplar la imponente vista de la ciudad. No hay obsesión tecnológica, sólo personas y libertad.
Hoy, 1 de enero de 2069 entran en vigor las dos últimas iniciativas propuestas y aprobadas en las consultas ciudadanas:
Limitación a dos alturas para los edificios de nueva construcción dentro del recinto amurallado y limitación del número de vehículos que acceden a la ciudad. Un dron vigilará los accesos.
Ávila preservará su verdad 2000 años mas.
Veremos que depara el 11 de diciembre.Por otra parte cada vez quedamenos para la publicación de mi segundo libro gracias sobretodo a los numerosos mecenas que han coaborado en ekloo. Todos ellos recibiránpuntualmente un ejemplar,
Si todavía quieres colaborar estás a tiempo:

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